Mauricio

Macri ofrece su apoyo a trabajadores amenazados por el clan Moyano

«Hace años que están atrás mío. Primero querían que vaya al sindicato para arreglar en persona una diferencia. Esa es plata que se quedan ellos, que no va para los empleados. Llegaron a pedirme que les dejara ‘uno de los camioncitos’ que tengo yo. Como no les di bolilla, cayeron cinco tipos a mi casa. En pandemia bloquearon mi depósito en Buenos Aires. Eran barrabravas. No dejaban entrar a la gente a trabajar; a mí me patotearon, me quisieron pegar. Cuando me citaron al sindicato fui solo. Quería ver en persona la impunidad. Ellos eran 8 y estaban armados. Me subieron por un ascensor como si fuera un detenido. Me dijeron que tenía que pagarles, que no podía denunciarlos, que me iban a mandar a la AFIP. No puedo explicar la impotencia que se siente. Yo les dije cuál es la diferencia entre nosotros: yo nunca le robé a nadie y lo que logré lo hice trabajando. Todos tienen miedo. Muchos me dijeron que les pagara, que arreglara. Excepto en mi casa. En casa me apoyaron todos, a pesar de que les dije que tenía miedo por lo que les podía pasar a ellos. Mis hijas más grandes me dijeron: ‘si pagás nos vamos a pelear nosotras con vos’. Yo terminé la primaria nomás, ahora estoy terminando el secundario porque me lo propuse de grande, pero sé que hay cosas que son simples. Me propuse desenmascararlos y lo hice. Hoy están procesados por extorsión y coacción.»Alejandro Castell trabaja desde los 16 años (foto). Hoy tiene 6 camiones y 14 empleados en Trenque Lauquen, provincia de Buenos Aires. Es uno de los valientes que se animó a enfrentarse a las mafias y hoy es parte del movimiento anti bloqueos. Ayer lo llamé para conocer su historia.

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